El pensamiento calórico dice:”una caloría es una caloría” y dado que un gramo de grasa tiene más del doble de calorías que un gramo de hidratos de carbono, la manera más rápida de reducir el consumo de calorías es reducir drásticamente el consumo de grasa. Pero con este plan dietético nos centraremos en el control hormonal.
Sabemos que la respuesta hormonal es distinta con cada gramo de nutrientes. El consumo excesivo de calorías, independientemente de lo bien equilibradas que estén en el aspecto hormonal, te llevará a una acumulación excesiva de grasa corporal. La restricción de calorías es la única manera probada de invertir el proceso de envejecimiento, disminuyendo la formación de radicales libres, nivelando la insulina y cortisol y la formación de las proteínas AGE. De esta manera ganaremos esperanza de vida, capacidad de aprendizaje, buen funcionamiento del sistema inmunitario, etc…
A pesar de todos los beneficios nadie quiere pasar hambre o privaciones, siguiendo la dieta de la zona aprenderemos a ser moderados y equilibrados, en proteínas, grasas e hidratos de carbono. Estos últimos si procuramos obtenerlos de frutas y verduras evitando almidones y cereales harán que sin darnos cuenta disminuyamos las calorías.
La dieta de la zona se basa mucho más en el equilibrio de los Macronutrientes que en la restricción de cualquiera de ellos. El concepto de la dieta de la Zona es único ya que se preocupa de mantener las hormonas generadas a través de la dieta dentro de unos límites ni muy por encima ni muy por debajo, eso es lo que denominaremos” estar en la zona”.
La hormonas juegan un papel indiscutible en nuestra salud, las más determinantes y a las que más atención les prestaremos son: insulina, cortisol, colecistoquinina, eicosanoides, etc..
Se consigue controlar la insulina equilibrando las proteínas y los hidratos de carbono en cada comida, lo que mantiene estable el nivel de azúcar en la sangre durante las próximas 4-6 horas. Aprenderemos a ser equilibrados y a comer con moderación. Utilizaremos porcentajes exactos de Macronutrientes en cada comida y en cada tentempié.
La clave para disfrutar de una salud óptima es mejorar el control sobre los eicosanoides. La mejor manera de hacerlo es consumir una cantidad adecuada de ácidos grasos omega-3 de cadena larga, mientras que simultáneamente reduces tu ingestión de ácidos grasos omega-6. La dieta de la Zona es una forma sencilla de mantener los niveles de inflamación silenciosa. El fundamento científico se basa en el control de los eicosanoides.
Tenemos que tener cierto grado de inflamación para combatir las invasiones microbianas o curar nuestras heridas, pero demasiada puede atacar a nuestros cuerpos y activar esos genes que nos hacen engordar o desarrollar enfermedades crónicas a edades prematuras. La mayoría de personas lo único que conocemos de la inflamación es que duele, y es cuando nos acercamos al médico, a esto le llamamos inflamación clásica. Sin embargo sabemos que existe un segundo tipo de inflamación que está por debajo del umbral del dolor. El término médico es inflamación crónica de grado bajo, es lo que llamamos inflamación silenciosa. Es mucho más peligrosa que la inflamación clásica. Puesto que no produce dolor puede actuar durante años, incluso décadas, perjudicando constantemente a través de la activación de viejos genes hasta que algún órgano llega a un grado de deterioro donde se produce lo que llamamos muerte crónica. La diabetes, las cardiopatías, el cáncer y el Alzheimer no se producen de la noche a la mañana. Son el resultado del deterioro provocado por el ataque incesante de la inflamación silenciosa.