Halterofilia crossfit

Está claro que uno de los pilares de Crossfit es la Halterofilia, sin ella CrossFit no sería lo que es, los movimientos olímpicos y sus variantes son parte importante de la planificación de los WOD’S, por lo que el deporte del fitness le debe mucho al gran deporte del levantamiento de peso.

Pero también es verdad que la Halterofilia, que estaba en horas bajas, está gozando de una revitalización gracias a los Crossfiteros, ya que con su práctica, están poniendo de moda este deporte en el mundo del fitness. Incluso deportistas de élite o amateurs de otras modalidades ven (algunos ya lo usaban) en los movimientos olímpicos y sus variantes una estupenda herramienta de entrenamiento para la mejora de la condición física en sus respectivas especialidades . Por otra parte cada vez son más los Crossfiteros como yo, los que se apuntan a clubes de Halterofilia para mejorar su técnica, o incluso muchos boxes crean su propio club o colaboran con uno, hay también casos de Crossfitters de élite, que han participado en los games, que se han pasado a la halterofilia, como es el caso de Aja Barto.

El caso es que el pasado fin de semana tuve la magnífica oportunidad de poder participar en un campeonato oficial de halterofilia, por lo que voy a a provechar para contaos mi magnífica experiencia, que además seguro que es compartida por muchos de vosotros ya que no soy el primer crossfitero ni el último que participa en estos eventos, ni mucho menos.

Esta oportunidad, más que por méritos propios (mis marcas son bastante normalitas), me llegó de manera casual: Resulta que este pasado fin de semana se celebraba un campeonato regional de Halterofilia por Clubes, donde participaba el club donde suelo entrenar, y debido a las bajas por diferentes motivos de los “titulares” (lesiones, exámenes, viajes, trabajo) el equipo se encontraba en cuadro, por lo que el entrenador (aquí se llaman entrenadores, no Coaches) me comentó que tenía que competir yo. La situación podria compararse, salvando las distancias, cuando un equipo de fútbol de primera división se ve obligado a tirar de jugadores del filial para completar la plantilla.

Aunque al principio pensaba que lo decía en broma, al ver que iba en serio acepté gustosamente el reto, para poder disfrutar de una nueva experiencia, aunque en mi fuero interno me amedrentara un poco la situación, ya que todavía me queda mucho por mejorar.

Antes de contaros mis sensaciones de aquel día, para los que no conozcáis las reglas, os las explico de manera muy resumida. Cada levantador dispone de tres intentos para cada modalidad (Arrancada y dos tiempos). Comienzas pidiendo un peso y en los siguientes intentos no lo puedes bajar, independientemente de si ha sido válido o no, si que puede ser el mismo o superior, pero nunca inferior. Si cuando estás calentando te ves bien, puedes rectificar y pedir un peso superior al propuesto inicialmente.

Cuando realizas el intento la técnica no tiene que ser impoluta, pero lo que no puedes hacer es acabar el levantamiento a base de fuerza pura y dura con los brazos, y los pies deben acabar mas o menos paralelos. Cuando el juez principal grita “tierra” quiere decir que la postura es correcta, luego este juez y los otros dos sacan unas tarjetas para declararlo definitivamente válido o no. El orden de salida lo marca el peso que haya pedido levantar cada competidor de menor a mayor habiendo sorteo en caso de igualdad.

Y llegó el gran día. Acudí al recinto donde se celebraba la competición y mientras esperaba la hora del pesaje, me preguntaba que demonios hacía allí, arrepintiéndome por momentos por el miedo escénico, ya que una cosa es entrenar con los compañeros y otra la competición, con todo lo que conlleva. Llegué de los primeros y cuando empezó a venir el resto de competidores, al ver algunas caras conocidas, pude comprobar que no era el único Crossfitero por allí, lo que hizo tranquilizarme un poco.

El ritual de estas competiciones, a diferencia de las competiciones de crossFit, comienza, como decía antes, con el pesaje, algo que suele preocupar bastante a los halterófilos. En este caso, al ser una competición por clubes más que entrar en una categoría u otra, el peso marca un coeficiente que multiplicará tu marca total, lo que dará lugar a unos puntos que se sumarán a los del resto del equipo. Después de esto, te vistes, ya que cuanto menos ropa lleves en el pesaje mejor y normalmente pasas a  hidratarte y comer algo, ya que en las últimas horas te has preocupado de no beber y comer en exceso para dar el menor peso posible.

Y ya pasas a la sala de calentamiento, mientras espero mi turno, observo el trasiego de las chicas que son las primeras que levantan en este caso, nervios, idas y venidas, algún grito…, ahí estás en manos del entrenador, el cual te va a decir cuando comenzar a calentar, la sensación que experimentas es un poco rara, es como cuando esperas al médico y tienes hora, pero no sabes realmente cuando vas a entrar ya que puede que vaya con retraso, pero para eso está el entrenador, y pude comprobar que la experiencia es un grado, porque sabia exactamente cuando debía comenzar a calentar. Desde mi perspectiva novata todo me parecía un caos, ya que estábamos levantadores con pesos dispares, además el hecho de que algunos levantadores pidan más peso del que habían pedido en un principio complica más aún el asunto, pero el entrenador te indica con precisión cuando comenzar a calentar y con qué pesos, para llegar a punto al momento preciso.

Cuando recibes la orden de calentar te da el primer subidón de adrenalina, y te pones a ello en un manojo de nervios, mientras, el trasiego de competidores es constante, las llamadas por megafonía, las alegrías, las decepciones…, los compañeros más veteranos te tratan de animar y te vas tranquilizando poco a poco.

Oyes tu nombre por megafonía y llega el momento, no hay vuelta atrás, te vuelve a dar otro subidón de adrenalina, sales a la tarima, recibes las últimas instrucciones del entrenador y te diriges a la barra que te espera inmóvil, fría, desafiante. El silencio intimida, la agarras con determinación y miras al frente como si no hubiera nadie en la sala, al menos esto acaba pronto, piensas, el primer intento tenía claro que no debía fallarlo, un peso un poco más bajo de mi RM, pero asequible, para asegurar un mínimo, unos kilos que has levantado decenas de veces, el silencio se rompe cuando recibes la barra, la gente te anima, te levantas y suspiras aliviado cuando el juez dice tierra. La técnica ha sido mala, muy mala pero cumples el primer objetivo lo que te da confianza para el siguiente.

Los dos siguientes intentos son casi seguidos, lógico, ya que vas aumentando un poquito el peso a levantar, la continuidad depende si tienes levantadores con pesos parecidos al tuyo o no, aunque en caso de que no tengas a nadie, tienes un tiempo para poder recuperar, para estos intentos posteriores normalmente te tranquilizas algo más, sobretodo si la primera ha salido bien, pero el esfuerzo del levantamiento anterior y no haber recuperado del todo te puede pasar factura. Haciendo un paralelismo con una competición de CrossFit, podríamos encontrar alguna similitud en las pruebas donde tienes que tratar de buscar tu RM, pero aún así son cosas totalmente diferentes, sobretodo por el ambiente que se respira y porque aquí no se quita nadie la camiseta 😉 . Personalmente aunque no pude superar mi RM en el tercer intento, me quedé muy cerca, pero con la satisfacción de haber aportado algo al equipo. Una vez que terminas se repite el proceso para los dos tiempos, el ciclo vuelve a empezar, después de haber descansado un poco comienzas a entrenar de nuevo cuando lo ordena el entrenador, aseguras el primer intento, pero esta vez me quedé un poco más lejos de mi RM al fallar los dos últimos intentos, quizás pagué la novatada. La ventaja de ser de los primeros es que después puedes disfrutar tranquilamente de los mejores levantadores, todo un espectáculo.

Ahora, transcurridos unos días, puedo decir que fue una experiencia enriquecedora, que recomiendo pasar a todo Crossfitero, que ya tenga cierto nivel claro, y personalmente con ganas de repetir, eso sí, espero tener unas mejores marcas, ya que en mi caso, por varios factores, entre ellos mi edad, no voy a salir a ganar, pero si a superarme a mi mismo. El ambiente vivido me gustó mucho y lo mejor la tercera prueba, el levantamiento de vidrio en barra fija!!!.

3,2,1… Tierra!!!!

 

 

 

 

 

 

 

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